Implantes capilares, información y precios
Existen dos técnicas de implantes capilares. Ambas difieren en el proceso de extracción de las unidades foliculares y en la presencia de cicatrices o no, tras las respectivas intervenciones. Además, una de ellas es más cara, lenta y minuciosa que la otra, aunque evita los cortes y los bisturíes.
El implante capilar es una disciplina quirúrgica, que logra solventar un gran porcentaje de problemas de alopecia en hombres y mujeres. No obstante, este tipo de alteraciones se producen, de forma mayoritaria, en el género masculino. Las causas pueden ser hereditarias u hormonales. Concretamente, el exceso de producción de DHT (dihidrotestosterona) es el principal causante de la calvicie. Generalmente, los precios de los implantes de pelo son elevados, aunque el desembolso final depende de factores como el grado de alopecia, el número de intervenciones necesarias o las características de éstas.
Para realizar los implantes capilares se precisa un área “sana” del cuero cabelludo, que se convertirá en la zona donante de cabellos. Habitualmente, los pelos alojados en la nuca y junto a las orejas son más resistentes a los efectos de la DHT y los que se emplean para ser implantados en los espacios afectados por la alopecia. Tras el implante, las unidades foliculares actúan, en su nueva localización, como lo hacían en la antigua. Gracias a este efecto de “dominación de los donantes”, no se corre el riesgo de nuevas pérdidas en las áreas repobladas.
Antes de aplicar cualquiera de las técnicas de implante capilar, deben seguirse unos parámetros, que el paciente ha de cumplir escrupulosamente si desea un resultado satisfactorio de la intervención. Antes y después de la operación no es recomendable fumar ni beber. Efectos, como el del tabaco, perjudican la coagulación de la sangre y el postoperatorio en general. Igualmente, no se recomienda ingerir determinados medicamentos, como aspirinas o suplementos vitamínicos o minerales.
En la actualidad, son dos los mecanismos, de extracción e implante de unidades foliculares, más utilizados. Se trata de la técnica FUSS (Follicular Unit Strip Sugery) y la FUE (Follicular Unit Extraction). Ambas se han demostrado eficaces, aunque optar por una u otra tiene consecuencias en el bolsillo y en la presencia o no de cicatrices en el cuero cabelludo, tras los implantes. Cada unidad folicular está formada por dos o tres folículos pilosos (raíces de los cabellos).
En la técnica FUSS se extrae una tira de cuero cabelludo de cualquiera de las áreas donantes. Después, deben separarse cada una de las unidades foliculares a implantar. Con FUSS, en cada operación pueden llegar a implantarse 3.000 o 4.000 unidades. La incisión realizada deja cicatriz, aunque queda cubierta por los pelos circundantes y terminará siendo, prácticamente, imperceptible. El precio de implante capilar usando esta técnica es más asequible que el de la siguiente.
La técnica FUE es más cara, más minuciosa y está exenta de cortes y bisturíes. Debido a su complejidad, en cada intervención sólo pueden implantarse alrededor de 2.000 cabellos. Gracias a unos instrumentos quirúrgicos de rotación, los folículos pueden extraerse de las zonas sanas sin ningún tipo de corte. El resultado es una total ausencia de cicatrices en las áreas donantes. Por razones evidentes, la operación tiene un precio muy superior a otros sistemas, además de ser más lenta.