Granulomas Hepáticos | diagnóstico y tratamientos
Este trastorno hepático, generalmente se denomina hepatitis granulomatosa, pero este nombre no debe llevarnos a equívocos y confundirlo con una verdadera hepatitis, ya que son patologías completamente diferentes. Como en todos los casos de granulomas, este tipo lo identificamos a través de una biopsia, en este caso hepática. Este tipo de prueba pone de manifiesto los nódulos típicos del granuloma. En algunos casos médicos, estos bultos calcificados no son trascendentes para la salud del paciente, pero lo más normal es que sean la muestra evidente de una enfermedad clínica significativa.
Hay muchas causas que producen granulomas hepáticos en las personas:
- Por ejemplo, las enfermedades infecciones bacterianas como la brucelosis, la histoplasmosis o la actinomicosis, pueden producir granulomas.
- Las enfermedades fúngicas, como la blastomicosis.
- Las de origen parasitario, como la toxoplasmosis o la esquistosomiasis, que es una de las causas más habituales en producir dichos granulomas.
- Y por último, las enfermedades víricas como la mononucleosis, aunque esta es una de las causas más infrecuentes que deriven en hepatitis granulomatosa.
En alguna ocasiones ocurre que los médicos especialistas no pueden concluir en una causa única que provoque esta enfermedad, más allá de saber que los granulomas se producen por un intento de nuestro organismo de protegernos de elementos exógeneos o endógenos perjudiciales para nuestro cuerpo y por consiguiente, para nuestra salud.
El hígado en sí es un órgano con mayor probabilidad de ser afectado por los granulomas, ya que, como los pulmones, es un órgano vascularizado y en unión permanente con el exterior, ya que una de sus principales funciones es hacer de filtro de la sangre que llega directa del aparato digestivo. Asímismo, en este órgano existe una gran cantidad de células que pertenecen a nuestro sistema inmunológico y sabemos que los granulomas están íntimamente ligados a nuestro sistema inmune.
Los principales signos que se han documentado de los pacientes afectados son las mialgias, la fatiga general o la fiebre alta.
Aunque el tratamiento varía en cada paciente y depende de la causa, los pacientes con hepatitis granulomatosa mejoran notablemente con la administración de fármacos basados en corticosteriodes, por eso los médicos suelen recurrir a ellos con bastante fidelidad.