Causas y remedios contra el dolor Pélvico y dolor de huesos
Cuando un médico habla del dolor pélvico generalmente se refiere a un dolor que tiene su origen sobre todo en el área del abdomen inferior. Muchas veces se puede confundir este dolor con el dolor abdominal por su cercana localización. Tiende a ser un dolor fuerte que puede ser constante o un dolor intermitente.
En muchos casos, el dolor pélvico es tan fuerte que nos impide realizar nuestras actividades cotidianas. En el caso de las mujeres, cuando se aproxima el ciclo menstrual o durante el mismo puede doler la zona pélvica de forma sorda y constante. A veces también puede ocurrir que sintamos este dolor mientras mantenemos relaciones sexuales.
Por norma general, cuando experimentamos dolor en la zona de la pelvis puede significar que estamos recibiendo una señal clara de que algo no marcha como debiera en alguno de los órganos que están alojados o pasan por ella. Dichos órganos son el útero, los ovarios, las trompas de Falopio, el cuello uterino, la vagina, el tracto urinario inferior los intestinos o el recto. Otra posible causa puede estar relacionada con algún problema muscular u óseo, ya sea por una sobrecarga muscular, un mal movimiento, etc.
Existen una serie de enfermedades reconocidas que tienen estos síntomas. Algunas de ellas podrían ser la vulvodinia, los fibromas uterinos y la endometriosis. El hecho de poder padecer alguna de estas enfermedades le suma importancia al hecho de ir al médico cuanto antes para que nos encuentre la causa del dolor y, por consiguiente, nos dé un tratamiento adecuado, ya que este no depende sólo de la causa sino también de la intensidad y de la frecuencia con que se presenta. Lo más normal sería que nos recete algún medicamento para aliviar el dolor aunque podría ser necesario el uso de cirugía en el supuesto de padecer alguna de las enfermedades mencionadas arriba.
Dolor de huesos
Cuando hablamos del dolor de huesos o dolor óseo nos referimos a un dolor o molestia en uno o más huesos de nuestro cuerpo. Esto seguramente nos preocupe, pues los huesos son una estructura muy importante que da soporte a nuestro cuerpo y mantienen su forma. El dolor óseo es mucho menos frecuente de ver que el dolor muscular o el articular, pero no menos importante, por lo que deberemos acudir a nuestro médico o a un especialista en la materia cuanto antes para que nos ofrezca un diagnóstico de confianza y nos recete un tratamiento acertado.
Si lo que buscamos es la causa del dolor esta puede ser muy obvia en el caso de que esté motivado por una lesión o fractura ya sea por un accidente u otros motivos. Por el contrario, la causa también puede ser mucho más sutil de encontrar al poder tratarse de un síntoma en sí mismo de otra enfermedad como, por ejemplo, la osteoporosis o el cáncer, que al diseminarse por el cuerpo puede producir una metástasis en el hueso. Conociendo el resto de síntomas y la zona en la que se produce el dolor podemos llegar a conocer el verdadero motivo del mismo, por lo que vamos a enumerar algunos de ellos:
- – Si tiene lugar junto con fatiga y pérdida de peso es una característica común del cáncer.
- – Si se da junto con fiebre es común de los cuadros infecciosos.
- – Cuando se produce en los niños se debe usualmente al raquitismo.
- – Al presentarse dolor después de una lesión leve puede ser debido a la osteoporosis (sobre todo en personas de edad avanzada).
- – Cuando se nota cerca de una articulación puede ser debido a una sinovitis de tipo transitorio.
A la hora de buscar un tratamiento adecuado del dolor de huesos, este debe ir dirigido principalmente a tratar la enfermedad principal que lo causa. En algunos casos el dolor remitirá por sí mismo, pero en otros hacen falta ayudas médicas externas. Por lo tanto, como hemos mencionado al principio deberemos acudir cuanto antes al médico para que nos diga exactamente qué es lo que nos pasa, porqué nos duele, y qué tratamiento es el más beneficioso para nosotros.