Tratamiento para la diabetes | Tipos y soluciones
La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por provocar un conjunto de trastornos del metabolismo, que inciden negativamente en diferentes órganos y tejidos del cuerpo del afectado. Esto es debido al considerable aumento que se produce de los niveles de glucosa en sangre y dura para toda la vida.
Esta hiperglucemia produce diferentes síntomas que se repiten en la mayoría de los afectados: la emisión excesiva de orina, la necesidad anómala de comer y beber, cambios de ánimo y la significativa bajada de peso corporal.
No existe una única diabetes, sino que en la actualidad hay establecidos 3 tipos: la diabetes tipo 1, la diabetes tipo 2 y la diabetes gestacional que ocurre exclusivamente en el embarazo.
Es una enfermedad en la que se hace muy necesaria la detección temprana y sobre todo, un estricto tratamiento diario.
El objetivo principal de este tratamiento es la recuperación de los niveles normales de azúcar en sangre, que bailan entre 70 y 150 mg/dl. A partir de aquí, el tratamiento es diferente para cada tipo de diabetes. En la diabetes tipo 1, así como en la gestacional, se administra un tratamiento sustitutivo de insulina. En cambio, en la diabetes tipo 2, además del tratamiento anterior, también puede prescribirse fármacos basados en antidiabéticos orales.
Los principales medicamentos que se prescriben para atacar esta enfermedad son: las sulfonilureas, las biguanidas, los inhibidores de alfa glucosidasas, las tiazolidinedionas, las meglitinidas y los medicamentos basados en la combinación de gliburida y metformina.
Además de todos estos tipos de tratamientos, que el diabético mantenga unos hábitos sanos, siga una dieta sana, beba gran cantidad de líquidos y realice ejercicio diario afecta de manera muy positiva a la evolución positiva de su enfermedad y los incómodos síntomas que la acompañan.
La diabetes es una enfermedad que responde bien a los tratamientos, pero que de no tratarse, puede presentar complicaciones serias que dañan a los riñones, a los vasos sanguíneos, a los globos oculares o a los nervios. Por todo esto incidimos tanto en la idea de que aquel que padezca esta enfermedad debe concienciarse de que habrá de seguir de por vida una serie de tratamientos y protocolos que mejorarán su calidad de vida diaria.