Botox para el cabello. Tratamientos capilares con botox
El Botox para el cabello proporciona una hidratación profunda al pelo, aportándole fuerza, salud y un rejuvenecimiento general.
El Botox es una droga extraída de una toxina producida por la bacteria Clostridium botulinum, la misma que provoca la enfermedad del botulismo. Su descubrimiento, para la medicina y la estética, se produjo hace más de diez años, cuando se buscaba una solución a algunos problemas del músculo ocular. Los investigadores observaron cómo también mejoraban las arrugas situadas alrededor del ojo.
Desde sus orígenes, el Bótox ha sido empleado para combatir problemas de salud y estéticos, como las arrugas faciales y de expresión, la sudoración extrema de las axilas, la distonía cervical, el estrabismo, el parpadeo incontrolable e, incluso, la incontinencia urinaria. Pero uno de los aspectos más llamativos de la toxina botulínica es su aplicación en tratamientos capilares.
El cabello ya se beneficia de las propiedades generales del Botox. Además, en este caso se prescinde de las temidas agujas. El Botox para el pelo es un tratamiento inocuo, que está exento de los efectos secundarios tradicionales en la aplicación de la toxina botulínica (párpados caídos, dolor de cabeza, malestar estomacal etc).
El Botox para el cabello ha venido a sustituir a la queratina brasileira, reina hasta hace poco de las terapias del cabello. El Botox es menos abrasivo y no contiene ningún tipo de activo químico.
Todas las mujeres son conocedoras de los efectos devastadores que los productos químicos, los planchados y los cepillados provocan en el pelo a lo largo del tiempo. El Bótox viene a solucionar ese problema de deterioro y desgaste. La toxina proporciona una hidratación profunda, nutrición completa y ayuda a la restauración del cabello.
Esta revolucionaria terapia capilar produce una regeneración de las células capilares y aporta proteínas fibrosas a la corteza. El resultado es un rejuvenecimiento general del cabello, la consecución de un brillo espectacular y un liso natural, que permanecen activos tras muchos lavados.
El tratamiento con Botox logra un pelo más fuerte y saludable, completamente regenerado. Los efectos permanecen a lo largo de tres o cuatro meses. Con la aplicación de esta técnica, existen escasas probabilidades de dañar la fibra capilar. En definitiva, el Botox es menos agresivo, con el cabello, que la queratina.
El Botox para el cabello precisa una temperatura elevada para activar todas sus propiedades. Por esta razón, tras un lavado y la administración de la ampolla (mezclada con agua caliente), ha de aplicarse calor al pelo durante unos minutos. Con el secado y el posterior planchado concluye esta terapia capilar.