Biomagnetismo para la medicina, efectos secundarios
El biomagnetismo médico considera que la salud se logra con el equilibrio bioenergético del organismo. Para detectar y corregir los desequilibrios emplea el par biomagnético, que es un tratamiento a base de imanes de distinta polaridad.
El biomagnetismo, aplicado a los ámbitos de la medicina y la salud, es una técnica terapéutica alternativa, que persigue el equilibrio bioenergético del cuerpo humano. Para tal fin, se emplea el par biomagnético, tratamiento que consiste en la detección y corrección de alteraciones en órganos internos, usando imanes naturales de polaridades opuestas y mediana intensidad.
El par biomagnético fue descubierto en 1988. Este hallazgo pretendía demostrar que el cuerpo humano y sus manifestaciones, de salud y enfermedad, se generan a partir de polos contrarios (positivos y negativos) claramente definidos.
El biomagnetismo médico es un tratamiento natural no invasivo, por lo que apenas posee efectos secundarios, según afirman sus impulsores. No obstante, se desaconseja su utilización cuando el paciente ha sido sometido a radio o quimioterapia. Además, las personas portadoras de marcapasos han de ser evaluadas antes de ser tratadas.
La terapia se inicia con los imanes rastreadores (de polaridad negativa), que detectan los órganos afectados. Más tarde, combinando con los imanes positivos se trata de llegar al equilibrio biomagnético y a la consecución del Nivel Energético Normal.
A los órganos enfermos se les aplica una despolarización, empleando los imanes opuestos a la polaridad del campo bioenergético de la masa afectada. La recuperación de la salud llega con la estabilidad energética y la corrección de la distorsión del pH de los tejidos.
El biomagnetismo médico es un tratamiento creado por el Dr. Isaac Goiz. Este médico mexicano observó cómo los órganos o tejidos con patologías poseían pH ácido o alcalino. Esas zonas despolarizadas hacían resonancia con otros puntos de polaridad inversa. Al enfrentar ambos polos, se conseguía la neutralización del pH y la anhelada estabilidad energética.
El biomagnetismo, como otros tratamientos terapéuticos alternativos, es compatible con la medicina convencional. La duración de las sesiones oscila entre los 20 y 30 minutos, repitiéndose éstas en función de la gravedad y características de la patología detectada.
El primer par biomagnético descubierto, por el doctor Goizt, fue el del VIH. Posteriormente, los trabajos de investigación han logrado encontrar casi doscientos pares más, correspondientes a otras tantas patologías.
Como a otros tratamientos alternativos de recuperación de la salud, al biomagnetismo le han llovido críticas desde sectores científicos y de la medicina convencional. Las acusaciones de estafa y pseudociencia planean sobre esta disciplina terapéutica.
Aunque los defensores aseguran que se trata de una práctica exenta de efectos secundarios, algunos científicos aseguran que la modificación del pH de las células no puede tomarse a la ligera. Variar ese índice, aún en pocas décimas, puede provocar la muerte.